KALONIKO-NYKUR
(UN POCO DE TODO)
ADAMAS,
EL INDOMABLE
por Kalóniko
“Adamas, El Indomable“ no es
el título de una novela, ni tampoco de una película de acción. Se trata de la
aventura real de un personaje que emergió de las profundidades de la tierra
para convertirse en lo más codiciado del mundo y por quien muchos han cometido
delitos y otros han perecido. Es la aventura de un átomo de carbono que a gran
presión y temperatura llega a cristalizar como diamante, el elemento más duro
que hasta el momento existe y de ahí su nombre: el griego Adamas, que significa indomable.
La aventura de este carbono
empieza a una profundidad de más de 80 kilómetros y con una temperatura de 1300
grados centígrados. La mayoría de los diamantes se localizan entre la
kimberlita, una roca de color verde azulada que en su estado ígneo se abrió
paso entre las fisuras y grietas del subsuelo, logrando aflorar a la
superficie. Al contactar con el aire, el aventurero Adamas cristaliza convirtiéndose
hasta ahora en la gema indestructible, mágica, codiciada y hermosa que existe.
La historia del diamante es
tan antigua como la tierra, pero su reconocimiento al nivel de piedra preciosa
data quizás de épocas bíblicas, según descripciones antiguas acerca de un
pectoral usado por alto sacerdote de los hebreos, adornado con doce piedras
preciosas incluyendo un diamante. El diamante, asimismo, fue muy estimado
debido a la creencia de que tenía poderes para dotar a sus poseedores de
ciertas virtudes.
Podemos decir que la
aventura de Adamas llega a su culminación cuando alcanza lo que llaman los
joyeros, vida y fuego, logrados por la excepcional talla de un diamante sin
impurezas, haciendo que la luz penetre por sus facetas y se refracte para
producir la dispersión de colores puros y mágicos.
El aventurero Adamas debe
sentirse muy orgulloso con otro final de su carrera, al lucir todo su esplendor
en el cuello de elegantes y ricas damas o como pendientes, o adornando las
manos de ilustres señoras. Otro destino del diamante es el dirigido a la
industria. Pero hay más …
ADAMAS HUMANIZADO
¿Le gustaría lucir un adorno
valioso, como Adamas, creado con
los restos de un ser querido? Déjeme que le explique.
Tomando como base de que los
diamantes se crean a partir del carbono,, en Suiza dos científicos con mucha
imaginación consiguieron hace ya más de diez años transformar cenizas
procedentes de una cremación humana en un diamante. Lo que hicieron para
lograrlo, fue concentrar el carbono que hay en las cenizas a temperaturas
elevadas para purificarlo y tratarlo hasta conseguir su objetivo y así los
deudos que deseen mantener la presencia
física de su ser querido, aunque transformada, podrán entregar las
cenizas y encargar su conversión en una piedra preciosa de acuerdo a los
kilates que su presupuesto le permita. ¿Se anima?
¿POR QUÉ SUFRIMOS?
por Nykur
Les voy a contar un cuento
que fue realidad, porque no todas las historias son imaginarias …
Hace muchos, pero muchos
años, que por primera vez la vio cruzar aquellos caminos de los alrededores del
pequeño pueblo cubiertos de verde, flores y amapolas que acariciaban sus
piernas mientras su cantarina risa lo llenaba todo. La casa estaba completa con
su sola presencia.
Sus largos cabellos jugaban
con el viento cuando cogidos de la mano corrían diciéndose miles de cosas y
promesas que volaban burlonas en el aire fresco de la mañana, cuajada de
pájaros y sonidos vírgenes.
Aquel pueblo era un paraíso
tocado tan sólo por la naturaleza. El observaba la cara risueña de ella mirando
los cielos azules como sus ojos, al salir el sol, y a veces verdes picoteados
de blancos cuando alguna nube juguetona dejaba verse en el horizonte.
Había ocasiones en que se
quedaba muy triste mirando el infinito o las aguas correr del arroyo, mientras
él acariciaba sus cabellos y terminaba abrazándola con angustia … sin saber por
qué.
Vivían dentro de ellos,
fuera de todos y en un lugar donde nadie podía llegar calzando las botas de la
destrucción, hasta darse cuenta que el cielo no está arriba, sino abajo.
ª ª ª
Un día todo se volvió negro.
No hubo más risa cantarina, ni luz en los ojos. Sus cabellos ya no estaban
allí, y su cuerpo había desaparecido. Lo verde, el arroyo, y hasta los pájaros
se fueron … ¡todo era diferente sin haber cambiado!
De un soplo se apagó la vela
y se esfumó el toque de Midas. Todo se fue tragado por un hoyo, pues ella se
había ido … ¡¡dejándole solo!!
Y fue cuando aprendió una de
las pocas bases que existen para no sufrir. Y es que para no sufrir en tal
forma no hay que tener ni un ser querido, ni alguien o algo que forme parte de
nosotros. Todo debe ir dentro de uno mismo, como el caminante cuyo país son los
dos pequeños pedazos de tierra que en cualquier instante tiene bajo sus pies.
De esta forma jamás
sentiremos la mano de la angustia apretar nuestro pecho cuando nos separamos de
quien más queremos, por temor a que le ocurra algo, ni sentiremos que alguien
muera o viva, que el mundo gire o se detenga, que esté nublado … o que salga el
sol. ¿No es cierto que más de la mitad de todo lo que sufrimos es por la
preocupación de seres queridos y no por uno mismo?
PENSAMIENTOS
SEMANALES, de Nykur
El gato, con tal de
conseguir al pájaro que se coló, es capaz de acabar con toda la casa:
exactamente igual que un político hacia su país buscando el poder personal.
Si eres diferente a los
demás, tienes un problema. Si eres superior, tienes dos.
Todas esas cosas lindas de
las que habla la gente y a las que llaman sentimientos, son como la mayoría de
las flores: que se deben regar diariamente.
“LA ORDEN DE LA JARRETERA“
por
Kalóniko
“Homi soit qui mal y pense“,
dijo molesto el rey Eduardo III en 1348 cuando a la condesa de Salisburi, al
bailar con él, se le desprendió una de las jarreteras que ajustaban sus medias,
y él se la puso como propia al recogerla. El lema “vergüenza para quien piense
mal“ fue inscrito en las jarreteras que lucían los miembros de la recién creada
Orden de la Jarretera (La Orden de la Liga).
Las ligas en su origen
fueron creadas para sostener las medias tanto de hombres como mujeres, pero con
el tiempo se convirtieron también en un accesorio erótico y fetichista. Las
mujeres las usaron para dar mensajes, como el de una viuda que hizo notar su
dolor por la pérdida sufrida al adornar con lágrimas de oro sus jarreteras
tratando más de uno de cerciorarse de cuanta pena sentía.
Y la antigua tradición
francesa en que la novia llevaba una liga a su boda para que el amigo que los
acompañaba y asistía se la quitara, no ha perdido su vigencia, pues en las
bodas modernas le quita la liga y la arroja a los invitados igual que el ramo.
HOMENAJE A NUESTROS PEQUES, por Nykur
hoy: “PETIT“
Fue un verdadero jabato. Un
pura sangre con esa inquietud nata que les caracteriza al haber crecido en
plena libertad de expresión. No
conocía el miedo ni la inhibición, ni tampoco el respeto. Sólo existía él. En
su mente, todos eran enemigos, sin importarle su tamaño ni figura. La mejor
alarma sobre cuatro patas. Era todo fibra, jamás subió ni bajó de peso un solo
gramo, a pesar de que comía cuanto deseaba. Todo un rey, nacido para imponerse
pidiendo lo que necesitaba en ese instante. Pero aún así, con todo su egoísmo,
sabía ganarse a quien podía llegar a él … para ser esclavizado con su gesto de
pata y ladeo de cabeza en un mohín tierno. A veces, pasaba corriendo frente a
mi cama camino del baño y un segundo después le oía defecar sobre las hojas de
papel que tenía para él en la ducha. Si al salir le perdía de vista por un
instante, subía de un salto a la cama y se limpiaba el recto en mi almohada
todo a lo largo, pero antes de que le regañara movía su cola incesante al
tiempo que me lamía la cara … ¿quién era capaz de levantar la voz a un Peque
semejante? Petit siempre fue un chico especial. Era el chantaje perfecto sobre
cuatro diminutas patas. Y entre sus huesos, que guardo conmigo, mantiene aún
sus dos secretos: uno que definió el carácter que siempre tuvo y otro el de su
agresividad y poderío mental.
UNA POESIA, de Nykur
No creía en nada.
Ni en Dios, ni en Infierno.
Si le preguntaban hacia
dónde iba
siempre respondía: No voy,
es que vengo.
No tenía amigos,
casa, ni dinero,
siempre andaba solo
con su viejo perro,
y llevaba al hombro
un saco muy viejo,
donde iba guardando
todos los recuerdos.
Nunca preguntaba,
decía que eso
era para niños
o para los viejos.
Si acaso le hablaban
guardaba silencio
y al final decía:
Ya había oído eso
millones de veces,
cuénteme otro cuento.
Si pasaba hambre, nadie lo
sabía,
tan sólo su perro.
Nunca se quejaba, reía en
silencio
con esa sonrisa
del que ya está muerto.
Andaba caminos,
pasaba los pueblos
con la parsimonia
del que está pasando un
sitio desierto.
No pedía nada
si acaso le daban, negaba en
silencio.
Si acaso insistían
decía: compañero,
no me ofrezcan nada
la palabra –gracias- la
olvidé hace tiempo.
Una fría tarde
de un cruel invierno,
se sentó en un banco
de aquel desolado y sucio
paseo.
Encendió un cigarro, hecho
de colillas
que cogió del suelo.
Contempló su saco
y lo abrió despacio como
aquel que teme romper
el
silencio
y dijo: “marcharos,
ya no necesito ni de los
recuerdos“.
Arrojó el cigarro,
escupió en el suelo,
se tumbó en el banco
abrazado al perro
y por la mañana se los
encontraron
a los dos ya muertos.
Al lado del banco
había un saco abierto
del que todavía
volaban al cielo, miles de
recuerdos.
FECHA PROXIMA
ACTUALIZACION DE
ESTE
BLOG: 17may2014
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